Seguimos buscando a esa persona que nos robe los sueños en
vez de tumbarse con nosotros a crearlos. Seguimos creyendo que la suerte la
tenemos echada y lo que no sabemos es que somos nosotros los que la jugamos.
Seguimos siendo tan gilipollas que después de comernos la boca no dejamos
marcado aquel territorio que nos pertenece. Seguimos buscando la ropa en el suelo
de la habitación, sin saber que todavía no ha llegado quien nos la arranque
desesperadamente. Aun tenemos las ganas arraigadas dentro de nosotras por tal
de no follarnos cualquier noche de estas. Seguimos teniendo tantas trampas, que
la suplimos con vicios y créeme , que eres un vicio precioso
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