Nos empeñamos en borrar de nuestra memoria a aquellas
personas por las que hemos sentido y se han ido, deseosos de olvidar miradas,
sonrisas, palabras y sobre todo, momentos. Es tan corto el amor y tan largo el
olvido….eso dicen, y quizás sea porque, sencillamente, no debemos olvidar, sino
aprender a vivir con el recuerdo, porque sin el, dejamos de ser.
Estamos hechos de experiencias del pasado, somos lo que somos gracias a todas esas personas, las que se han ido y las que siguen aquí. Las que nos han hechos mas fuertes y otras veces, mas vulnerables, con las que hemos conocido la desconfianza, el riesgo, la inocencia y el miedo, la ilusión y la decepción, personas que nos han permitido conocernos un poco mas. Hay momentos que vale la pena recordar y la clave esta en saber elegir que olvidar
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