Porque
hay días que te levantas con el pie izquierdo y todo te sale mal, no hay forma
de que nada te arregle el día porque las cosas en vez de ir a mejor, van a
peor. Te quemas por la mañana con la leche del desayuno, has olvidado por completo
que hoy era el último día para entregar un trabajo y lo terminas pronto y mal,
tienes una presentación que te tiene nerviosísimo durante todo el día, llegas y
te quedas en blanco. Encima, en la calle el frío se ha apoderado de cada rincón
de la ciudad y cuando sales las nubes deciden descargar un chaparrón sobre ti.
Se te mojan los apuntes, vas corriendo y te resbalas, se te cae el móvil en un
charco…..En definitiva un desastre de día. Y de repente, llega uno con la
frasecita “mira el lado positivo de las cosas” El lado positivo, positivo de qué?
Qué ves tú de positivo en mi día si ni el que conseguiría sacarme una sonrisa
con un mensaje se acuerda de que existo? Y ahí te vas, enfadada con el mundo y
maldiciendo a todo el que se te pone por delante. Te acostarás pensando “que
termine ya este día por favor….”
Y
si, no has tenido el mejor día de tu vida, pero créeme tampoco ha sido el peor.
Y puede que si hubieses sonreído un poco y hubieses intentado sacar el lado
bueno de las cosas te habría ido mejor.
Porque
es muy fácil quejarse, poner cara de amargada y vagabundear por los pasillos
como si llevásemos cadenas atadas en los pies mientras maldecimos a regañadientes
todo a nuestro paso . Lo difícil, lo complicado en días como estos, es parar un
minuto, respirar profundo y decir,” vamos a cambiar este día porque si, porque está
en mi mano, y yo soy quien decido si mejorarlo o amargarlo” Y sonríes y te
quitas los nervios hablando con tus amigas antes de la presentación, le cuentas
una milonga al profe para que te dé un poco más de tiempo para terminar el
trabajo, disfrutas de la lluvia que cae y regalas sonrisas a cada paso. Y
cuando llegas a casa piensas “ que crack soy, solo yo puedo volver azul un día
gris”
Normalmente
solemos decantarnos por la opción de amargarnos el día como si fuese la única opción
pero no, siempre tenemos dos opciones.
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