Hay locuras que son propias de los más cuerdos porque el mayor deseo de cualquiera que esté en su sano juicio es ser feliz y, a veces, alcanzamos ese sentimiento dando pasos en el aire y olvidando el suelo firme, ese en el que nos sentimos seguros. Y, es posible, que por ese camino perdamos algo, pero mientras que no sea la ilusión todo estará bien.
En ocasiones creemos "sufrir" pérdidas, cuando lo cierto es que debemos celebrarlas, porque nos convierten en auténticos afortunados. Otras veces, tenemos sueños de los que queremos despertar lo antes posible porque un día se convirtieron en pesadilla y desde entonces nos quedamos petrificamos, sin avanzar, esperando a que suene el despertador cuando en realidad podemos abrir los ojos cuando queramos
Hacemos promesas que se rompen, a pesar de que provienen de las mejores intenciones y se hicieron realidad con las palabras más bonitas. Y es que hay veces que necesitamos que nos duela algo para recordar lo bien que se está cuando, efectivamente, se está bien.... Tenemos heridas en la piel que cicatrizan en horas, pero son las que no se ven las que necesitarán algo más que tiempo para sanar
A lo largo del día pronunciamos y llegan a nuestros oídos palabras que no dicen nada, pero si nos proponemos seremos capaces de escuchar silencios, solo dependerá de quien tenemos enfrente y las ganas que tenemos de atenderle y entenderle. Nos dicen mentiras que son verdades a medias - las mas peligrosas - y afirmaciones que llevan implícito un "no", es complicado discernir en esos momentos. Sin embargo, merecerá la pena aprender, porque hay puertas que se cierran, abriendo ventanas más grandes y más bonitas de las que podíamos imaginar
Pero, sin duda, mi contradicción favorita es llorar de risa.... Porque son minutos de pura alegría que no quieres, ni puedes disimular, recuerda que esos son los mejores
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