Saltas con los ojos cerrados muy fuerte esperando poder salir como sea de lo que se supone que hay abajo y confías en que tu cuerpo será lo suficientemente fuerte para aguantar la caída y levantarse para pelear. Confías en tu carácter, en tu forma de ser, en tu formación. Confías en tus músculos, en tu técnica en la pelea y en tu estrategia y confías también un poco en encontrarte a alguna buena persona por el camino. Confías en que, tal vez, después de muchas batalla perdidas, de frustraciones y de todas esas noches sin dormir haya algo. Confías en el esfuerzo y que, tal vez, al final del acantilado y después de perder y levantarte 1000 veces mínimo haya una cama elástica sobre la que saltar y saltar y te lleve alto, tan alto que te permita ver el acantilado desde el que tenias miedo de lanzarte , y puedas reírte y respirar y sonreír. Porque, después de todo, puede que merezcan la pena las cicatrices, el miedo, las horas sin dormir y el esfuerzo por levantarte tras la caída. Puede que el miedo solo exista para que te vuelvas valiente y lo afrontes, las peleas para hacer tus músculos mas fuertes y las batallas perdidas para demostrarte que puedes levantarte tantas veces como quieras. Tal vez los sueños son ese algo por el que luchar y el acantilado y el temor que este conlleva el pistoletazo de salida del resto de tu vida
Tal vez puedes conseguirlo
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