A veces duele el corazón, sin motivo. Duele porque si, y punto.
Y lo notas pequeñito y agonizante chocando contra las costillas que han reducido su tamaño para adaptarse al de tu corazón, para que el choque fuerte contra ellas y llame tu atención y te recueste respirar.
Y no entiendes nada, no sabes porque molesta, no hay una explicación lógica detrás, no hay nada. NADA. Se te pasa por la cabeza que tal vez duele porque está vació, porque no existe nada capaz de llenarlo. Porque el corazón esta hecho para contener cosas, es como un bote rojo brillante, enorme y precioso que necesita estar rebosante para no doler, que necesita un mínimo de peso para no molestar. Pero no, no es eso, tú corazón suele estar completo, suele estar a gusto, incluso a veces se agranda, y respiras profundamente, y sientes eso a lo que algunos llaman felicidad.
Hay quien dice que la felicidad no existe pero es mentira, esas personas están equivocadas. Claro que existe la felicidad, tu la sientes en cada instante de tu vida, salvo en este. Y piensas que tal vez tu bote rojo y brillante estaba demasiado lleno y los momentos pesaban mucho para él, y que, tal vez, se hayan ido por un instante y que luego volverán. Llegas a la conclusión de que probablemente sea eso mientras te dices a ti misma que no cunda el pánico, y te obligas a respirar muy profundamente y sonríes cuando el aire acaba de salir tranquilamente por tu boca recordando la frase de esa canción de Pereza que te encanta "soltar en una carcajada todo el aire y después respirar"
Y lo haces, y te ríes porque si mientras la felicidad inunda tus venas de nuevo, y tu corazón recupera su tamaño habitual, y deja de doler, y sigues con tus cosas, como si nada. Porque todo está bien, porque eres feliz, lo sabes, y eso te calma, y mantiene el ritmo de tu respiración y el tamaño de tu corazón constante y todo vuelve a estar en paz de nuevo
Porque la felicidad es un modo de ser, es una filosofía de vida,por eso la sonrisa está siempre en tu cara
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